
La termografía aérea tiene diferentes aplicaciones, desde su uso en edificaciones, en obras civiles, inspecciones industriales, agricultura, ganadería, detección de plagas, vertidos hasta vigilancia y rescate.
Las cámaras termográficas que se instalan en los drones cuentan con un sensor que es capaz de captar la radiación emitida por los cuerpos y transformarla en imágenes visibles por el ojo humano.
Aunque todas las cámaras termográficas están basadas en la misma tecnología, hay algunos detalles que hay que tener en cuenta:
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Lente:
Según la lente que lleve la cámara podremos obtener unas imágenes con mayor o menor cobertura del terreno. Mientras más abierto el ángulo, mayor cantidad de terreno podremos abarcar, y a la inversa. En agricultura de precisión nos interesará que nuestra cámara termográfica capte la mayor cantidad de terreno posible, pero en trabajos de inspecciones industriales o en centrales solares las lentes deberán ser más “cerradas”
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Resolución:
está directamente relacionada con la focal de la lente y la atura del vuelo que vayamos a realizar. Cuanta más resolución tenga, más alto podremos realizar el vuelo y mayor calidad tendrán las imágenes.
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Núcleo radiométrico:
nos permite conocer la temperatura de cada uno de los píxeles de la imagen. Para trabajos como agricultura de precisión es imprescindible obtener estos datos.
Las condiciones ambientales influyen en la toma de datos, los recomendados son:
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Temperatura ambiental:
Cuanto menor sea la temperatura del aire mayor contraste térmico habrá. Lo recomendable es hacer las inspecciones en las primeras horas de la mañana.
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Cobertura del cielo:
A no ser que tengamos una cámara con suficiente sensibilidad no podremos obtener imágenes de calidad si el cielo está muy nuboso.
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Radiación solar:
Para obtener imágenes con la suficiente calidad es recomendable que los valores estén entre los 500 W/m2 y los 700 W/m2.
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Viento:
Como es lógico, siempre será recomendable que no haya viento, o que si lo hay no sea demasiado fuerte, ya que este impedirá el correcto vuelo del mismo.
A la hora de medir se pueden cometer algunos errores, los más comunes son:
Los más comunes surgen a partir de una mala colocación de la cámara, a mediciones con poco contraste térmico y a condiciones ambientales. Suelen estar causados por:
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Sombreado parcial:
Si tenemos edificios cercanos o estructuras colindantes pueden provocar sombras que no se interpreten en la toma.
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Cambios en la radiación:
Pueden producirse cambios por la nubosidad que no se interpreten bien.
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Reflejos infrarrojos:
Pueden aparecer reflejos producidos por el sol, las nubes, o estructuras cercanas.
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Ángulo de observación:
Si el ángulo es inferior a 30º es muy probable que no se capten las imágenes como deberían.
Una vez obtenidas las imágenes en las inspecciones termográficas podremos ver con claridad si algunos de los módulos fotovoltaicos están más calientes que otros.
Según su forma y ubicaciones podremos saber, además, si hay elementos que no están funcionando de manera correcta o si existen defectos en los mismos, tales como grietas, soldaduras defectuosas, problemas de interconexión y defectos en los diodos de bypass.
Gracias a estas inspecciones se ayuda a mantener el funcionamiento y alargar la vida útil de las placas solares, por lo que si necesitas este servicio no dudes ponerte en contacto con nosotros, en Innodrone somos profesionales a tu servicio.